miércoles, 18 de marzo de 2009

Tontos sin fronteras; Imbeciles mundi.

Ya sabíamos que el número de los tontos es infinito. O que si los tontos volaran no se vería el sol... pero que tantos cualificados memos fueran gilipollas... De eso no tenía yo noticia.

Ahí va: llega el Papa a Camerún y dice que el SIDA no se combate sólo con dinero y condones. Y he aquí las reacción de Tontos sin fronteras:

- Para el Ejecutivo de Nicolás Sarkozy, mensajes de este tipo "ponen en peligro las - políticas de salud pública", según ha declarado un portavoz del ministerio francés de Exteriores.

- La Asociación Alemana de Ayuda contra el Sida (DAH) ha acusado al Papa Benedicto XVI de "pecar contra toda la Humanidad" por sus palabras contra el condón. "En vista del dolor multitudinario que causa el SIDA en África, el rechazo categórico a los condones por parte del Vaticano es un acto de cinismo y de desprecio a la Humanidad", ha señalado la DAH.


- Actionaid ha calificado de "ciegas y desafortunadas" las palabras de Benedicto XVI.

- España, Izquierda Unida ha acusaco a la Iglesia católica de "convertirse en una colaboradora (de la transmisión) del sida y de su terrible impacto en el tercer mundo" al negar que "el preservativo es imprenscindible para luchar contra esta enfermedad".


Por supuesto, los más malévolos son los de Izquiera Unida, cómo no.

Y yo me pregunto:¿cuándo reaccionará este personal de forma racional, sin dejarse guiar por su odio a la Iglesia y sus fe ciega en su causa ideológica? Por partes:

1.- ¿A quién le habla la Iglesia? La Iglesia le habla a sus hijos, los católicos, y a todos los hombres de buena voluntad que quieran escuchar su palabra. No a todo el mundo.

2.- ¿Qué propone la Iglesia en relación con el SIDA y con la sexualidad? La Iglesia propugna la abstención de toda relación sexual hasta el matrimonio, y durante el matrimonio, la recíproca fidelidad de los cónyuges. Es decir: riesgo de contagio de SIDA = 0 en una pareja no infectada.

3.- ¿Cómo obliga la Iglesia en relación con la no utilización de condones? La Iglesia obliga en conciencia igual que una madre sugiere a sus hijos lo que han de hacer. Pero luego, cada cual, es libre de hacer lo que le de la gana. La Iglesia no le pone una pistola a cada católico para que no use condones. Él verá.

4.- ¿Qué organización es la que más ayuda a los infestados de SIDA en África y otras partes del mundo? Pues sí,la Iglesia Cátólica: lo hace desinteresadamente (no tiene intereses económicos en vender condones, como otros) y por puro amor.

5.- ¿Por qué hay quiene está empeñado en hacer cómplice a la Iglesia del SIDA, si de cumplirse lo que ella indica, no habría contagios por transmisión sexual? Hay varias respuestas: simple ignorancia, maldad ideológica y manifiesta y una subnormalidad que escaba de toda medida humana.

Así que la Iglesia es una amenaza contra la salud pública simplemente por recomendar algo que, de cumplirse, implicaría la reducción drástica e increíble de contagios por SIDA... interesante.

Pero bueno, siempre estarán los chupacharcos de siempre, que no pueden ver a la Iglesia y, guíados por un odio visceral, son capaces de decir cosas como estas: tonterías.

Tontos sin fronteras, Imbéciles mundi.

sábado, 14 de marzo de 2009

Casi inadvertido

Me ha llamado poderosamente la atención lo casi inadvertida que ha pasado en España una carta dirigida por el Papa a los obispos del mundo por todo el pollo montado con los obispos lefevrianos, excomunión, el imbécil que niega el Holocausto, etc.

No me sorprende porque, en evidente, no interesa en España que podamos leer con cierta tranquilidad un documento en el que el Papa dice cosas llenas de tristeza. Yo titularía la carta como "La tristeza de un hombre humilde", pero un hombre que es Papa, sabe cuál es su misión, y la lleva a cabo bien.




Pues nada, desde aquí, un abrazo grande y mis oraciones para el Santo Padre.

Os dejo algunos párrafos de la carta. Si alguno tiene más interés, aquí está el link: Carta.

Una contrariedad para mí imprevisible fue el hecho de que el caso Williamson se sobrepusiera a la remisión de la excomunión. El gesto discreto de misericordia hacia los cuatro Obispos, ordenados válidamente pero no legítimamente, apareció de manera inesperada como algo totalmente diverso: como la negación de la reconciliación entre cristianos y judíos y, por tanto, como la revocación de lo que en esta materia el Concilio había aclarado para el camino de la Iglesia. (…) Que esta superposición de dos procesos contrapuestos haya sucedido y, durante un tiempo haya enturbiado la paz entre cristianos y judíos, así como también la paz dentro de la Iglesia, es algo que sólo puedo lamentar profundamente. Me han dicho que seguir con atención las noticias accesibles por Internet habría dado la posibilidad de conocer tempestivamente el problema. De ello saco la lección de que, en el futuro, en la Santa Sede deberemos prestar más atención a esta fuente de noticias. Me ha entristecido el hecho de que también los católicos, que en el fondo hubieran podido saber mejor cómo están las cosas, hayan pensado deberme herir con una hostilidad dispuesta al ataque(…)
(…)A veces se tiene la impresión de que nuestra sociedad tenga necesidad de un grupo al menos con el cual no tener tolerancia alguna; contra el cual pueda tranquilamente arremeter con odio. Y si alguno intenta acercársele –en este caso el Papa– también él pierde el derecho a la tolerancia y puede también ser tratado con odio, sin temor ni reservas.

Queridos Hermanos, por circunstancias fortuitas, en los días en que me vino a la mente escribir esta carta, tuve que interpretar y comentar en el Seminario Romano el texto de Ga 5,13-15. Percibí con sorpresa la inmediatez con que estas frases nos hablan del momento actual: «No una libertad para que se aproveche el egoísmo; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor. Porque toda la ley se concentra en esta frase: "Amarás al prójimo como a ti mismo". Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente». Siempre fui propenso a considerar esta frase como una de las exageraciones retóricas que a menudo se encuentran en San Pablo. Bajo ciertos aspectos puede ser también así. Pero desgraciadamente este "morder y devorar" existe también hoy en la Iglesia como expresión de una libertad mal interpretada. ¿Sorprende acaso que tampoco nosotros seamos mejores que los Gálatas? Que ¿quizás estemos amenazados por las mismas tentaciones? ¿Que debamos aprender nuevamente el justo uso de la libertad? ¿Y que una y otra vez debamos aprender la prioridad suprema: el amor?(…)