martes, 26 de mayo de 2009

Otro de los autores que citaré con preferencia en este blog es Hermann Tertsch. Sus artículos, en general, destilan sentido común.

Hoy, por ejemplo, os propongo éste porque me da pie a algo más:

Viajar a Göttweig

HERMANN TERTSCH
ABC, 19-05-09

ES una publicidad que se oye mucho últimamente por la radio. Pero realmente es una recomendación que conviene hasta a los que nos hemos pasado la vida viajando: hay que viajar más. Más aún. Para no caer nunca en el error de pensar que lo que sucede aquí en España es normal. A poco más de cuatro horas de Madrid, menos de tres de vuelo a Viena y algo más de una en coche a lo largo del Danubio hacia el norte, se alza imponente sobre un alto rodeado de bosques el monasterio benedictino de Göttweig, conocido como el Montecassino al norte de los Alpes. Fundado en el siglo XII, presidiendo el estrecho valle del Danubio que se conoce como Wachau, Göttweig cuenta, como el otro cercano gran monasterio de Melk, con una biblioteca que es una crónica continuada de lo que es la gestación de la idea de Europa. Pocos años después de caer el Telón de Acero y a instancias del Gobierno austriaco se instituyó allí un foro anual de políticos y analistas de toda Centroeuropa. Surgió para hablar de mucho más que de economía y política. Su carácter único está en el énfasis con que se debaten y estudian los problemas de la identidad y las raíces de Europa.

Este año se acumulan las efemérides. Se cumplen los 90 años de los Tratados de Versalles y Trianon, que quisieron reordenar Europa y sembraron de odio el continente con el surgimiento de los grandes totalitarismos. Se conmemorará también el 70 aniversario del comienzo de la Segunda Guerra Mundial el 1 de septiembre de 1939. Se celebra también el 20 aniversario de la caída del muro que construyó el totalitarismo que salió triunfante en parte de nuestro continente. De todas estas fechas se puede aprender mucho. Entre otras muchas cosas que la venganza y la humillación del prójimo nunca puede ser una victoria duradera. También que los totalitarismos surgen de la movilización del desprecio al carácter sagrado de todo ser humano. Y desde luego la inmensa lección de que, igual que se puede sucumbir por cobardía, comodidad, ignorancia o indiferencia ante los totalitarismos, la sociedad libre consciente de su poder y liderada con coraje y sabiduría, puede derrotar al totalitarismo y ayudar a sus víctimas a unirse a la comunidad de ciudadanos libres.

En Göttweig este año hemos hablado por supuesto de la crisis. Una mayoría ha insistido en que el relativismo fomentado durante tanto tiempo en nuestras escuelas y por los poderes públicos supone una terrible dificultad añadida para la superación de las dificultades. Y para evitar males mayores para la seguridad, el bienestar y la paz, que en absoluto están descartados. El discurso estelar lo pronunció el nuevo primer ministro húngaro, Gordon Banjac. La primera parte la pronunció en un correctísimo alemán para después pasar al inglés para poder, dijo, precisar más en los datos sobre economía y finanzas. Pidió sacrificios a todos, pidió equilibrio entre prudencia y ambición. Dijo que en Hungría se dan dos crisis superpuestas, la internacional y una nacional. Hay que pasar por reformas muy dolorosas para no pasar de lo malo a lo insoportable. Y pidió sentido común. Como ven hay que viajar para oír verdades sobre lo que nos pasa.



Bueno, y ¿por qué digo que me da pie para algo más? Porque después, me dio por mirar en la web ese nombre alemán: Gottweig. Y me encuentro con esta maravilla:







Una preciosa abadía benedictina en Austria que es, desde luego, una maravilla que deseo visitar. Ya me habían contado que hay algunas abadías en Austria que son impresionantes, pero no pensaba yo que eran algo tan magnífico. Os dejo su web por si queréis ver algunas fotos más. Hay versión en inglés:

http://www.stiftgoettweig.or.at/



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí que es chula, y sí recuerda a Montecassino, salvando las distancias, sobre todo la altura, me ha parecido.

Aparicio dijo...

La verdad es que hay que tirar para allá un par de diitas... Es cuestión de organizarse.