jueves, 30 de octubre de 2008

Colegiata de los Santos Justo y Pastor

No soy Gonzalo con la cámara, ni mucho menos. Máxime si se tiene en cuenta que la foto está hecha con el móvil. Pero ahí va una perspectiva inédita de la torre de esta hermosa colegiata granadina... desde la ventana del despacho que ocupo en la Facultad.

jueves, 16 de octubre de 2008

En Semana Santa por soleares

Me manda el Sr. Gomez García una noticia harto interesante que se titula: En Semana Santa se puede "cantar por soleares, bailar por sardanas o vivir en silencio", según Amigo Vallejo. Del Diario de Sevilla. En ella dice Fray Carlos cosas tan llenas de sentido común que hay que ponerlas de relieve. Como por ejemplo:


El cardenal explicó que a la misma hora, un día de Viernes Santo, puede salir una misma procesión en Sevilla y en Valladolid y, mientras la primera está acompañada por "piropos, vítores y tres bandas de música", a la segunda la rodea un "silencio sobrecogedor". Pero, como apuntó Carlos Amigo, se trata de "el mismo Evangelio".
Por ello aseveró que la Semana Santa se puede "cantar por soleares como en Sevilla, bailar por sardanas en Cataluña o vivir en silencio como en Valladolid o en Medina de Rioseco", localidad de la que el purpurado es natural.
O también:

El arzobispo de Sevilla aseveró que "nadie" debe tratar de decir a las personas que "viven la Semana Santa" que no se trata de una "fiesta religiosa", porque, apostilló "lo que no se celebra, se pierde". Además justificó que se trata de una fiesta porque se conoce el final que es la "apoteosis" de la Resurrección de Jesucristo.


Y muy importante lo que dice y dejo para postre:

apuntó que las principales características de esta época para los católicos son la Fe, la familia y la fiesta.




Sí señor: Fe, familia y fiesta. También fiesta, sí: si los católicos nos caracterizamos porque nos gusta mucho el cachondeo, que es compatible con tener conciencia de que se vive en un valle de lágrimas. Aunque parezca un contrasentido, la vida del cristiano es sin duda alguna una fiesta y debe serlo: si somos ¡Hijos de Dios! Vamos, tela. Como para no estar contento.

A ver si nos queda claro: vivir de acuerdo con el Evangelio, llevando a la práctica el Catecismo y siendo, en la medida en que nos lo permite nuestra miseria (antes pecado, ahora faltas, errores... y no sé que tonterías más)fieles hijos de la Iglesia es ABSOLUTAMENTE COMPATIBLE, con ir a la Feria, tomar copas con los amigos, divertirse, ver que la vida es realmente bella porque es creación de Dios.No sé a quién se le ocurrió la genial idea de que vivir cristianamente la vida es aburrido...

En fin, que esta dimensión hay que explotarla. Cómo Fray Carlos dice: lo que no se celebra, se pierde.

lunes, 13 de octubre de 2008

Otra perspectiva

A veces pienso, cuando se habla de la Iglesia y la religión, que vemos las cosas desde perspectivas muy distintas y abordamos la realidad (una) desde nuestra perspectiva personal (variada), cosa natural, por otra parte..

Me surge esta reflexión al leer estas líneas de Romano Guardini en su obra "El Señor", en alemán suena mejor (jajaja): Der Herr.

"(...) Digámoslo abiertamente: los partidarios del "todo o nada" rara vez parecen vivir de acuerdo con su rigidez. Su actitud incondicional huele a menudo a retórica... No, lo que el sermón de la montaña exige no es un "todo o nada", sino que hay un comienzo y un proceso, un caer y levantarse. Entonces, ¿qué es lo que importa, realmente? Está bien claro: que no se entienda el mensaje como un mandamiento rígido, sino como una exigencia viva y una fuerza eficaz. De lo que se trata es de una relación viva del creyente con Dios que se va encarnando poco a poco a lo largo de la vida; de un encuentro que debe iniciarse y progresar"





¿A dónde quiero llegar con este pasaje de Guardini? Pues a un lugar común a todos: que ser cristianos no consiste en comprenderlo todo de forma inmediata; ni vivir la moral cristiana con una perfección absoluta desde el principio; ni ser una persona que, en definitiva, vive de acuerdo con el "todo o nada". Al final, ese "todo o nada" nos convierte en unos nuevos fariseos que intentan ocultar lo que todos somos: pecadores, gente que mete la pata, que se equivoca. Pero pecadores amados por Dios.

Me encanta la idea de Guardini de que la vida en Cristo tiene un comienzo y es un proceso, en el que uno se cae cien veces (a veces, sin darse cuenta) y que lo que cuenta es avanzar, levantarse y confiar porque, al final, todo se entiende. Hoy, especialmente, no puede entenderse la vida cristiana como una especie de obediciencia ciega, fría y rígida. La vida del cristiano tiene como referente a Cristo, presente y vivo. No como un cuento que te narran en la escuela o en la catequesis de la parroquia, muy bonito, pero un cuento en definitiva, que no tiene importancia en mi vida.

Esto lo escribo especialmente para quienes no se sienten cómodos con algunas exigencias de la vida cristiana (que lo son, desde luego); e intenta ser una invitación a que le echen coraje y, aunque no lo tengan muy claro, empiecen a andar, a dar pasos hacia a fe. Poco a poco, lo que hoy no se comprende, mañana se clarificará. Todo es cuestión de tiempo, paciencia y gracia. Lo que depende de uno, y ni siquiera, es echar el primer paso. Así, si uno se "atasca" con lo típico (moral sexual, fundamentlamente), que deje ese tema entre paréntesis y siga adelante, profundizando en su vida cristiana porque Dios no se agota en la moral sexual. Vale la pena, desde mi punto de vista, aunque sea con dudas, adentrarse en la búsqueda de la Belleza y del Amor que, en definitiva, es Dios.

Para ello, recomiendo vivamente cualquier obra de Benedicto XVI o Joseph Ratzinger: claridad y sencillez al servicio humilde de Dios. Muy bueno.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Qué casualidad!!!

Fíjate tú, que curioso: no había otra fotografía con la que El País pudiera decorar su portada del día 30 de septiembre que ésta:







Podemos comprobar, una vez más, cómo este diario, junto con la Ser, los niños bonitos del grupo PRISA, tratan de distribuir una imagen distorsionada de la Iglesia española, intentando sembrar la duda sobre la profesionalidad de Carlos Dívar en función de sus creencias religiosas. Sinceramente, sólo puedo decir que la actitud del este diario en la concreta materia de la que hablo es MISERABLE.

Con lo buenos artículos que suele traer este diario... conste que he escrito artículos y mi tesis citando artículos suyos de gran nivel.